RECONOCIMIENTO Y COLABORACIONES
Este manifiesto ha sido concebido como una declaración abierta, inacabada y en constante transformación. Aunque su núcleo ha sido desarrollado desde una visión particular, reconoce y valora la posibilidad de nutrirse de otras voces, miradas y saberes.
Algunos principios aquí contenidos se han visto enriquecidos por el diálogo con artistas, docentes, estudiantes y especialistas, cuyas ideas resonaron -a veces como eco, a veces como contraste- durante el proceso de construcción de este manifiesto. El Manifiesto Arteograma no es una recopilación de ideas ajenas, sino una postura personal construida desde el diálogo crítico: nutrida por voces, pero autónoma en pensamiento. En particular, el principio 131, que aborda los niveles de lectura de la experiencia artística, fue afinado y fortalecido tras una conversación con el artista visual Manuel Velázquez, cuya claridad conceptual permitió matizar y reafirmar ideas previamente desarrolladas. Agradezco profundamente su mirada generosa y su aportación reflexiva, que ayudó a consolidar este apartado sin alterar su sentido original.
Asimismo, este manifiesto se construyó a partir del análisis, lectura y visionado de material visual, bibliográfico y testimonial. En ese recorrido, surgieron autores, críticas, artistas y teóricos cuyas posturas —aunque en ocasiones opuestas entre sí o distintas a la mía— resultaron fundamentales para el pensamiento y la elaboración crítica de varias declaraciones aquí presentes.
Incluso en la discrepancia, sus voces ayudaron a delimitar y afinar la mía. Este manifiesto no pretende ser una suma de verdades externas, sino una posición ética y estética que se fue gestando en el diálogo, el cruce, el roce y la fricción con otras miradas.
A todas esas voces —a las que coincidieron y a las que no—, mi agradecimiento. Porque también en el desacuerdo se siembran las ideas propias.
Asimismo, este manifiesto queda abierto a futuras adhesiones, aportaciones o modificaciones que, desde una postura ética y crítica, deseen ampliar su alcance. Si algún lector o lectora siente que puede aportar un principio, una corrección o una mirada complementaria, será bienvenido como parte de esta obra colectiva.
El arte no es un dogma, sino un organismo vivo. Que este manifiesto siga creciendo como crecen las raíces: en silencio, pero con fuerza.
¿Te resonó algún principio? ¿Te inquietó alguno?
Si deseas proponer, matizar o debatir alguna idea,
este manifiesto está vivo y abierto al diálogo.
Tu voz también puede contribuir a su evolución.
